‘Kingdom of Heaven’ y la evolución de Hefesto (o el viaje a la adultez)

Ridley Scott es un director de cine especializado en el arquetipo de Prometeo -el Dios que robó el fuego a los dioses para dárselo a los humanos-, normalmente en su faceta más sombría (su versión de Robin Hood, quien robaba a la clase alta para dárselo a la clase baja, sería una de las excepciones). En ‘Kingdom of Heaven’ o ‘El reino de los cielos’ (Ridley Scott, 2005) también aparece Prometeo, pero en esta ocasión más como telón de fondo que como base argumental de la historia (que está basada en hechos y personajes reales). En este sentido, hago referencia explícita a la inscripción presente en el hogar del protagonista: ¿Qué hombre es aquel que no quiere mejorar el mundo? A medida que avanza la historia, presenciamos de qué manera el protagonista aplica su inventiva en las tierras que ha heredado haciéndolas florecer, a pesar de que en su entorno piensan que ello no servirá para mejorar el mundo. Si bien puede que sea cierto, le sirve a él para sentirse mejor persona. Y puede que sea un idealista, pero es realista con lo que siente y es coherente con ello. Así pues, ¿cuál es el perfil del protagonista? En el análisis de su psicología se encuentra el sentido de esta historia.

HEFESTO: BALIAN, el artesano solitario

Balian (Orlando Bloom) es un herrero solitario. Herrero como Hefesto -el Dios de la forja– que fue expulsado del Olimpo por no ser como el resto de dioses y que de la caída quedó cojo de una pierna. En un inicio, la mujer e hijo de Balian han fallecido y él ‘está en el pozo’, pues necesita una verdadera catarsis que le permita reencontrar un sentido a su existencia. La vida le empuja hacia el extranjero, donde se convertirá en un líder con valores después de superar múltiples retos.

Shinoda Bolen escribe (en su libro ‘Los Dioses de cada hombre’) que a un hombre Hefesto le conviene desarrollar habilidades correspondientes a Hermes-Mercurio, Apolo, Palas-Atenea y Zeus-Júpiter. Casualidad o no, a lo largo del filme presenciamos cómo Balian va incorporando los rasgos psicológicos de cada una de estas 4 divinidades.

APOLO: GODFREY DE IBELIN (su padre biológico)

Al inicio de la película, Balian conoce a un hombre (Godfrey de Ibelin) que confiesa ser su padre (biológico), quien le ofrece unirse a él en su viaje a Tierra Santa. Balian acepta y al morir Godfrey, Balian hereda su patrimonio. Godfrey es un hombre noble y respetado. ¿Quién es realmente? El Dios Apolo. El dios de la conciencia, de la claridad mental, la visión objetiva, el pensamiento a largo plazo, los valores sociales, la disciplina y la orientación al logro. Godfrey sueña con lograr un ‘reino de la conciencia, un reino del cielo’, de ahí el título de la película. Godfrey es la voz de la conciencia colectiva que anhela un mundo en el que convivan cristianos y musulmanes, en el que la religión no distinga entre fieles e infieles, sino que fomente la comunión de todos con todo. Si no es desde el amor, como mínimo desde el respeto mutuo.

HERMES-MERCURIO: El desarrollo de las habilidades sociocomunicativas

En momentos clave de la historia, Balian negocia confrontaciones bajo tensión y pronuncia discursos de altura, indicador de que ha desarrollado su Hermes-Mercurio, el Dios de la comunicación y del intercambio.

ZEUS-JÚPITER: EL REY (BALDWIN IV). La autoridad de sí mismo

Posteriormente, le será ofrecido el cargo de Rey a cambio de cumplir con ciertos requisitos (Zeus es el padre mitológico de Hefesto), pero él lo rechaza con tal de mantener limpia su conciencia. Su falta de ambición y ansia de poder en este sentido refleja que ha integrado el arquetipo Zeus-Júpiter (la máxima autoridad y poder) en su mejor versión: es una autoridad de sí mismo, y rechaza ser la autoridad de los demás si no puede ejercerla en coherencia con sus principios.

[el Rey a Balian] ‘’… no olvides que aunque aquellos que te mueven sean reyes, o sean hombres con poder, tú eres el único responsable de tu alma. Cuando compadezcas ante Dios, no podrás decir que otros fueran responsables de tus actos’’

PALAS-ATENEA: La diosa del pensamiento estratégico

Posteriormente, ante la necesidad de defender la ciudad de Jerusalén, vemos a Balian dirigir a su ejército desde el pensamiento estratégico característico de Palas-Atenea, la Diosa de la sabiduría y de la estrategia en combate, entre muchas otras disciplinas.

Con todo, a estas alturas de la película, la evolución del personaje es muy clara respecto al herrero deprimido que conocemos al inicio.

VENUS-AFRODITA ♀: SIBILA

Respecto a su complemento perfecto, la pareja de Hefesto es Venus-Afrodita, la diosa del amor y de la belleza. Sibila podría representar perfectamente tal arquetipo debido a su belleza, calma y dulzura.

ARES: GUY DE LUSIGNAN (El Dios de la Guerra)

De hecho, Sibila es la esposa de Guy de Lusignan (el ‘malo’ de la película), personaje que destaca por su agresividad y su obsesión por declarar la guerra a Salah ad-Din. Tanto en la película como en la descripción del personaje histórico, se define a Guy como alguien egoísta, impulsivo, manipulador y fanático, siendo estos precisamente los rasgos negativos del arquetipo Ares -el Dios de la Guerra-, el dios de sangre caliente cuya pareja mitológica formal es precisamente Venus-Afrodita, aunque no se lleven demasiado bien, tal y como se observa en la relación entre Guy y Sibila. 

Respecto a los rasgos positivos del arquetipo Ares (y que no vemos en Guy), hablaríamos del buen uso de la agresividad, algo necesario para ser asertivos, es decir, para expresar o defender nuestra verdad o nuestra existencia (o creencias, certezas. El término ‘asertividad’ proviene del término certeza). En las escenas en las que interactúan Guy y Balian (nuestro Hefesto) se observa que Balian no sigue la corriente a Guy, si bien parece que Balian se muestra demasiado benévolo y pasivo ante sus provocaciones. En cualquier caso, las personas tóxicas como Guy en la vida real puede que sean necesarias, en el sentido de que en la adolescencia puede ser conveniente encontrarnos con personas que nos confronten y nos provoquen para así poder aprender a gestionar nuestra agresividad y capacidad de poner límites.

Llegados a este punto del presente análisis ya se han definido todos los arquetipos que Balian-Hefesto desarrolla a lo largo del filme. Cabe resaltar que, así como Afrodita eligió a Hefesto como marido, en la película Sibila seduce a Balian y finalmente forman pareja. Es bello observar que Balian recupera el amor perdido gracias a su aventura en Tierra Santa.

EL VIAJE DEL HÉROE: EL REINO INTERIOR DE LA AUTOCONCIENCIA

El viaje del héroe (tal y como lo describió Joseph Campbell) siempre tiene un sentido de desarrollo porque es un trayecto hacia un estado de felicidad y de autoconciencia mayor. Una persona con fobia social y agorafobia nunca encontrará la felicidad si no sale de su zona de confort y confronta su fobia a lo exterior. Como Hefesto, deberá desarrollar sus habilidades sociocomunicativas (Hermes) y trabajar la resiliencia y la disciplina con tal de madurar su pensamiento (Apolo) y lograr ser una persona autónoma y responsable (Zeus), e incluso descubrir su vocación, desde la que podrá servir a la comunidad y también encumbrar la pirámide de Maslow (lograr la autorrealización). Lo previsible es que ese camino le lleve al amor y la felicidad que su alma anhela. Quién sabe si así tal vez incluso dará con la Afrodita que le robe el corazón y le despierte la ambición de alcanzar su mejor versión. Cabe suscribirse al optimismo existencial. Cabe soñar con el reino interior de la conciencia despierta. Que la conciencia reine en nuestro interior.

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